y se encuentran en la mayor parte de las rocas, específicamente en los silicatos, el grupo de minerales más abundantes en el planeta, además de la bauxita, una de las pocas piedras de las que se puede extraer el aluminio en forma de metal mediante el proceso de Bayer.

 En la antigüedad, igualmente, era utilizada como una sal, en los ámbitos medicinales y en la limpieza de la ropa. Con la llegada del siglo XIX, Sir Humphrey Davy propuso el nombre “aluminum”, pasando, luego, a ser “aluminium”.

Como se reciclar el aluminio

Una vez que las latas de aluminio llegan a la planta de reciclado, el primer paso es separarlo de otros metales y elementos que puedan contaminarlo mediante diversos métodos. Una vez eliminadas todas las impurezas el aluminio es prensado, embalado y enviado a fundición. Posteriormente se traslada a plantas específicas para su vuelta a la cadena de fabricación. Allí, el fundidor o refinador lo convierte en lingotes, que serán utilizados para crear nuevos productos.

Con solo el 5 % que se usa para extraer aluminio de la bauxita, se extrae aluminio de toda la chatarra que se recicla. Así que si es importante el reciclado de este material, ahorra un 95 % de la energía necesaria para su fabricación. Quizá una simple lata parezca poco, pero su valor es mucho mayor.

No somos conscientes de las cifras que una actuación sostenible puede producir y es una lástima porque de serlo aumentaríamos nuestro nivel de consciencia y las acciones a favor del reciclado.

Cuando se recicla aluminio no se pierden propiedades durante el proceso por lo que se puede repetir de manera indefinida manteniendo el mismo nivel de calidad.

Por eso te invitamos a que recicles en casa latas de leche, de atún, de conservas, entre otros así aportas en el cuidado del medio ambiente.

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